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Jennifer Rodríguez: "Yo no tenía opción de rendirme"

  • Foto del escritor: Kuña Sports
    Kuña Sports
  • 4 nov 2022
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 14 abr 2023

¿Cuántas "excusas" son suficientes para rendirnos? ¿Una, dos, tres, ninguna? A Jennifer Rodríguez la vida no le puso excusas sino verdaderos motivos para tirar la toalla una y otra vez, pero ella jamás lo hizo porque quería cumplir un último sueño...

Jenni desfiló con el nombre de sus hijos y su esposo en la bandera que tanto ama. (Foto: Ig)

Hablar con ella es emocionarse, es inspirarse, es sentirse afortunados de poder conocer su historia, pero también es sentirse en deuda. Y en deuda por no reconocerla como se merece, por no agradecerle todo lo que hizo y sacrificó para competir por su país, por nuestro país.


Si los Juegos Odesur que se disputaron en Paraguay nos abrieron las puertas a deportes que desconocíamos, también nos presentaron a atletas sobre los que poco y nada sabíamos. Y, ojo, no es culpa de ellos, es toda nuestra.


La historia de Jennifer Rodríguez Basualdo, arquera de la selección paraguaya de waterpolo es un claro ejemplo. Primero, ¿cuántas sabíamos que este deporte se practicaba en nuestro país y que hasta teníamos una selección? Segundo, ¿sabíamos del tremendo CV que tiene Jenni como atleta?


Tiene casi seiscientas medallas como nadadora, fue la primera paraguaya en competir en aguas abiertas, integró la selección de hándbol de playa con la que clasificó a un Mundial, es integrante de la selección nacional de waterpolo que compitió en Asunción 2022.


La vida de Jennifer no fue ni es fácil, pero ella jamás se detuvo. Soñaba con, después de 33 años como atletas de Paraguay, competir en casa en el evento deportivo más importante que se haya organizado jamás en este suelo.


Solo citar los inconvenientes que se le presentaron en el camino, como los tumores con los que convive, la enfermedad de sus hijos y las necesidades económicas para entrenar, nos recuerda a esa noche en que con la voz quebrada y los ojos llorosos compartía su historia.


Jenni tuvo sobradas y dolorosísimas razones para rendirse, incluso hasta el último momento, pero ella jamás lo hizo. Junto a su familia, desde su hogar, con sus compañas de equipo

colaborando, consiguió mantenerse en la selección y llegar a los Juegos Odesur. Unos Juegos que la tenían viendo los partidos como suplente, con la frustración de que parecía que así sería hasta el final.


Pero "ahí viene el milagro más grande", como resalta esta mujer que tiene una fe a prueba de todo: no solo jugó sino que lo hizo con altura frente a las mejores del mundo.


Y la explicación es muy simple, dicho en las propias palabras de Jenni: "Cuando uno tiene fe y cuando no se entrega en esta vida, Dios te ayuda a cumplir tu sueño, y yo cumplí el último sueño".


Así, y pese a todas las dificultades que se le presentaron en el camino, pese a que ni siquiera pudo contar con su entorno familiar más próximo en las gradas del Centro Acuático Nacional (CAN), Jennifer disfrutó y agradeció el haber podido cumplir ese objetivo que se trazó cuando se ratificó a Paraguay como sede de los Juegos Odesur.


Como madre con hijos con discapacidad, como atleta con necesidades, como ser humano que cree en Dios, dejó un bello mensaje y, cuando se le resaltó que a pesar de todo nunca bajó los brazos, dijo con firmeza: "Yo no tenía opción de rendirme".


Tenía sí, como todas nosotras en esta vida, pero en su mente no estaba esa posibilidad. Su fortaleza no le permitían siquiera pensar en entregarse. El amor a su familia, a su país, le ayudaron a cumplir con todo aquello que se propuso. La convirtieron en inspiración e hicieron que esas lágrimas, que caen por su rostro cada vez que revive lo pasado para llegar hasta aquí, hoy tengan un sabor distinto. El sabor de la victoria porque, sabelo querida Jenni: ¡sos una vencedora! ¡MUCHAS GRACIAS!




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